Quiero compartir con ustedes esta maravillosa carta que recibí un poquito antes que naciera mi Gabriel....
Podemos escribirla y entregarla a todas las embarazadas que conozcamos o que hayan dado a luz y les aseguro que le darán una gran alegría, esperanza y emoción.
Aquí va:
Mamita:
Hoy me he desprendido del regazo tibio de tu vientre, que me sirvió de maravillosa cuna, mientras la naturaleza iba dando forma a mi existencia; hoy he salido de esa suave oscuridad a esta luz que me asusta.
Mamita, si ya estoy aquí cuídame con paciencia, no me niegues la fuente divina de tu pecho, su blanco manantial que Dios prodigó para mí, es mi alimento, con él seré fuerte, sano y no pasaré a ser problema en tu vida.
Protégeme, piensa que soy tan frágil, tan pequeñito, que no puedo valerme, ni defenderme de nada...
Cuando haya crecido, cuando no tengas ya que desvelarte, mirarás tu obra y te sentirás feliz de haber formado un(a) hijo(a) de cuerpo y de espíritu; tú me habrás dado esa fuerza y la seguridad de vivir y tus desvelos no habrán sido en vano, y entonces rejuvenecerás y volverás a ser dueña de tus horas, de tus momentos y pensarás con satisfacción:
- ¡Mi hijo ya camina firme por la vida, ... es noble y recto ..... y lo más importante
es mi hijo........
PARA TODAS LAS QUE ESTÁN PASANDO
POR ESE BELLO CAMINO DE LA MATERNIDAD